El poder de visualizar el futuro de una comunidad y construir su resiliencia reside en sus miembros.
«Podemos tratar de externalizar nuestros problemas a una nueva generación de Ingenieros, diseñadores y arquitectos, pero sólo veremos amplios y duraderos cambios cuando las personas que habitan estas comunidades creen una visión de futuro y lideren el proceso de cambio.» – Phil Myrick, “The Power of Place: A New Dimension for Sustainable Development,” Project for Public Spaces blog, April 21, 2011; http://www.pps.org/blog/the-power-of-place-a-new-dimension-for-sustainabledevelopment/.
Qué significa
Las comunidades son producto de las relaciones humanas. Lo que la comunidad es ahora y lo que será en el futuro son resultado de decisiones tomadas por personas que interactúan, negocian y trabajan juntos. La confianza y las relaciones profundas son cruciales para mantener a las comunidades juntas año tras año y hacer que la resiliencia sea duradera, pero éstas pueden ser difíciles de construir, especialmente en ciertas comunidades.
La construcción de la resiliencia no puede hacer caso omiso de los procesos políticos y económicos que determinan qué se hace, cómo se hace, quién decide y quién se beneficia. Personas con diversos intereses y medios deben poder participar y beneficiarse de la construcción de la resiliencia; De hecho, si son para construir una verdadera resiliencia, las comunidades deben abrazar la disidencia y la diversidad.
Los objetivos de los esfuerzos para fortalecer la resiliencia en las comunidades se establecen mejor si son decididos por las personas que conforman las comunidades y se centran en ellas, no sólo en las necesidades de los más politizados o
de los poderosos, de los negocios y de actores externos. Además, los miembros de la comunidad deben colectivamente tener el poder y la responsabilidad de cultivar la resiliencia de su comunidad como participantes activos y líderes, en lugar de ser sólo una iniciativa del gobierno local o de los líderes empresariales.
Qué es importante
Identidad
Resiliencia es la capacidad de un sistema para hacer frente a perturbaciones y cambios, manteniendo funciones y estructura, es decir, manteniendo su «identidad». En una sociedad democrática, podríamos decir que la identidad de una comunidad surge de sus miembros y representa un sentido compartido de las cualidades de la comunidad. Y como los seres humanos tenemos aspiraciones y libre albedrío, también podemos decir que la Identidad incluye una visión compartida de lo que la comunidad debe ser en el futuro. Podemos intentar describir la identidad de una comunidad preguntando a la gente: ¿Cuáles son los valores de esta comunidad? ¿Qué define esta comunidad, y por qué? ¿Qué no queremos perder? ¿Qué necesitamos cambiar? Este tipo de preguntas sólo pueden ser respondidas por los miembros de la comunidad.
La identidad es el punto de referencia de la resiliencia de una comunidad. Pero, como expresión de valores, también moldea percepciones de lo que es importante y de lo que vale la pena hacer. Esto sugiere que, para la construcción de resiliencia, la forma en que se caracteriza la identidad es muy importante. Algunas consideraciones:
- Los sistemas se definen por su contexto más amplio, y las comunidades humanas existen dentro de sistemas sociales, económicos y ecológicos más amplios. Así, las voces del exterior, de interesados y expertos, son importantes para prevenir el parroquialismo y para incluir conocimientos especializados.
- Los sistemas también se definen por sus componentes, y las comunidades humanas son agregados de grupos sociales más pequeños con diferentes niveles de influencia y poder. Así que, incluir las voces de los grupos tradicionalmente desfavorecidos o disidentes no es sólo éticamente Importante, también puede ayudar a prevenir la discriminación y el estancamiento. (Aunque esta responsabilidad es compartida por todos).
- En las comunidades humanas, la identidad es dinámica, va variando según las personas, la sociedad y el ambiente van cambiando. Los esfuerzos de construcción de resiliencia deben revisar y refinar su comprensión de lo que es la identidad de la comunidad.
En la práctica, una visión compartida de identidad comunitaria será un proceso desordenado, multifacético y constantemente abierto a ser cuestionado. La apertura de discusiones potencialmente desafiantes es esencial, no sólo para destapar las inequidades y vulnerabilidades, sino también para hacer visibles las oportunidades y los recursos.
Eficacia
La construcción de resiliencia es más efectiva cuando las partes interesadas se comprometen y dedican, y en las comunidades, los principales interesados son las personas que viven allí. Las personas que viven en el lugar son la clave del recurso crucial del capital social, esencialmente, las relaciones locales que hacen que las cosas sucedan. A menudo son los más conocedores de las oportunidades y desafíos de su propia comunidad, y los más adecuados para actuar sobre ellas a través de las relaciones sociales, económicas y políticas.
Cuando los miembros de la comunidad son propietarios y responsables de la construcción de resiliencia, se crea un sentido de voluntad y apoyo para el trabajo, así como de equidad y esfuerzo compartido en lo que emerge (de hecho, esto es en parte la razón de por qué la resiliencia no puede ser simplemente un proyecto gubernamental). Esta implicación de los miembros de la comunidad ayuda a profundizar el proceso de cohesión social y forma vínculos que hacen que las personas estén dispuestas y capaces de cooperar, colaborar y cuidarse unos a otros. La cohesión social es esencial para ayudarnos a superar crisis agudas, como los desastres naturales, y hace que la comunidad se sienta enriquecida y nutrida a largo plazo.
El capital social se acumula y evoluciona con el tiempo, permitiendo que la comunidad acumule continuamente
sus conocimientos, habilidades y sabiduría basada en el lugar, cosas que tantas comunidades han perdido
el siglo pasado. Es más que un recurso renovable; cuanto más lo usamos, más crece y más contribuye a la resiliencia de la comunidad.